Entrenamiento para ir al baño.               Pasos básicos.

Definición:

 

Su niño se encuentra entrenado para ir al baño cuando sin ningún recordatorio va al baño, se desviste, orina o tiene una evacuación y se sube los pantalones. Algunos niños aprenderán a controlar su vejiga urinaria primero. Otros comenzarán con el control de los intestinos. Ambos tipo de control pueden ser alcanzados simultáneamente. El control nocturno de la vejiga normalmente ocurre varios años después del control diurno. El tipo de entrenamiento gradual para ir al baño que se trata en este artículo puede usualmente completarse en un lapso de 2 semanas a 2 meses.

 

Listo para aprender a ir al baño:

 

No comience el entrenamiento sino hasta que su niño esté claramente listo. El estar listo no ocurre espontá­neamente sino que implica conceptos y destrezas que usted puede comenzar a enseñar a su niño a los 12 meses de edad. Ver algunas ilustraciones sobre el entrena­miento para ir al baño puede ayudar a su niño. La ma­yoría de los niños deben estar listos más o menos a los 24 meses de edad y muchos a los 18 meses. Cuando su niño alcanza los 3 años de edad, probablemente se ha­brá entrenado por sí solo. Los siguientes signos indican que su niño está listo:

 

• Su niño entiende lo que "pipí", "popó", "seco", "mo­jado", "limpio", "sucio" y "baño" significan (Enséñele esas palabras).

 

• Su niño entiende para qué sirve el baño (lo aprende observando a sus padres, hermanos mayores y niños de su edad que usan el baño correctamente).

 

• Su niño prefiere pañales secos y limpios (cambie a su niño frecuentemente para estimular esta preferencia).

 

• Su niño disfruta de ser cambiado (Tan pronto como él sea capaz de caminar, enséñele a venir donde usted inmediatamente siempre que esté mojado o sucio. Elógielo por venir donde usted para un cam­bio de pañal).

 

• Su niño entiende la conexión entre pantalones secos y el uso del baño.

 

• Su niño puede reconocer la sensación de vejiga llena y la urgencia de tener un movimiento intestinal; esto es, se pasea, salta hacia arriba y abajo, sostiene sus genitales, tira de sus pantalones, se agacha o se lo dice a usted. (Aclárele: "El popó [o pipí] quiere salir. Necesita que tú le ayudes".)

 

• Su niño tiene la capacidad de posponer brevemente el orinar o el tener una evacuación. A veces puede mojarse o ensuciarse; a veces, despertarse de sus siestas seco.

 

Método para el entrenamiento de ir al baño:

 

La forma de entrenar a su niño es ofreciéndole elogios y recompensas. Sea paciente y haga el proceso divertido.

Evite cualquier presión y castigo. Su niño debe sentirse en control del proceso.

 

1. Compre accesorios.

 

• Una silla de ir al baño (del tipo que usted puede poner en el piso). Si los pies de su niño alcanzan el piso mientras está sentado en la bacinica puede apoyarse para pujar y tener un sentido de seguridad. También puede irse a sentar y pararse cuando quiera.

 

• Recompensas favoritas (como rodajas de frutas, pasas, galletas con figuras de animales).

 

• Calcomanías o estrellas como recompensa.

 

2. Haga que la bacinica sea una de las posesiones favoritas del niño. Varias semanas antes de que usted comience a planear el entrenamiento para ir al baño, lleve a su niño con usted para comprar una bacinica. Ponga en claro que ésta será la silla especial para su niño. Haga que su niño le ayude a poner su nombre en ella. Permítale que la decore e incluso que la pinte de un color diferente. Luego haga que su niño se siente en ella con su ropa hasta que se sienta confortable usándola como silla. Haga que la use mientras mira televisión, coma algún refrigerio, juegue algún tipo de juego o mire sus libros. Mantén­gala en el cuarto en el cual su niño usualmente juega. Únicamente después de que su niño tenga senti­mientos buenos y claros hacia la bacinica (después de por lo menos una semana) proceda al entrena­miento de control de esfínteres.

 

3. Haga que practique la carrera hacia el baño. Haga una práctica de correr siempre que su niño dé una señal que parezca prometedora, como cierta ex­presión facial, quejido, sostener el área genital, tirar de sus pantalones, pararse, agacharse, moverse de cierta manera o pasar gas. Otras ocasiones buenas de aprovechar son después de tomar una siesta ó 20 minutos después de la comida. Diga de una manera alentadora: "El popó (o pipí) quiere salir. Usemos la bacinica o el baño". Anime a su niño a que camine hacia el baño y se siente allí con su pañal o pantalo­nes abajo. Entonces dígale: "Trata de hacer pipí en la bacinica". Si su niño rehúsa cooperar, entonces puede animársele a que se siente en la bacinica ha­ciendo algo divertido; usted, por ejemplo, puede leerle un cuento. Si su niño quiere parar después de un minuto de haber tratado, déjelo hacerlo. Nunca obligue a su niño a sentarse allí. Nunca sujete física­mente a su niño ni lo amarre en la bacinica. Incluso si su niño parece disfrutarla, termine cada sesión después de 5 minutos, a menos que algo esté pa­sando.

 

4. Elogie o recompense a su niño por la coopera­ción o el éxito. Toda la cooperación que obtenga con estas sesiones de práctica debe ser elogiada. Por ejemplo, usted puede decir: "Te estás sentando en tu bacinica igual que mamá" o "Estás tratando muy duro de poner el pipí en la bacinica". Si su niño orina en la bacinica, lo puede recompensar con pe queños regalitos o calcomanías, así como también con elogios y abrazos. Aunque el sentirse orgulloso puede ser suficiente para algunos niños, otros nece­sitan gratificaciones para concentrarse. Recompen­sas grandes (como ir a la heladería) deben reser­varse para cuando el niño camine hacia el baño por sí mismo y lo use o le pide que usted lo acompañe y luego lo usa. Una vez que usa la bacinica por sí mismo 2 ó más veces, usted puede parar las prácti­cas de correr. La siguiente semana continúe elo­giando a su niño cuando se encuentre seco y cuando use el baño (Nota: el practicar correr hacia el baño y los recordatorios no deberán ser necesarios por más de 1 ó 2 meses).

 

5. Cambie a su niño después de que tenga un acci­dente. Cambie a su niño tan pronto como sea conveniente, pero responda con comprensión. Diga algo como: "Querías hacer pipí en la bacinica pero lo hiciste en los pantalones. Sé que eso te pone triste. A ti te gusta estar seco. Ya lo harás mejor". Si usted siente la necesidad de ser crítica, déle únicamente una leve desaprobación verbal y hágalo rara vez (por ejemplo: "Los niños grandes no hacen pipí en sus pantalones" o mencione el nombre de otro niño que él conoce y ya está entrenado). Luego cambie a su niño a un pañal seco o pantalones de entrenamiento de una manera agradable y enojándose lo menos po­sible. Evite el castigo físico, gritar o regañar. La pre­sión o la fuerza pueden hacer que un niño de 2 años de edad deje de cooperar completamente. No man­tenga a su niño en pantalones mojados o sucios como castigo.

 

6. Empiece a usar los pantalones de entrena­miento después de que su niño comienza a usar la bacinica. Cámbielo de los pañales a los pantalo­nes de entrenamiento después de que empiece a sentarse en la bacinica y pase cerca de la mitad de su orina y evacuaciones allí. Él definitivamente nece­sitará los pantalones de entrenamiento si viene donde usted en busca de ayuda para quitarse el pañal a fin de usar la bacinica. Lleve a su niño con usted cuando compre la ropa interior y conviértalo en una recompensa por su éxito. Compre pantalones que queden flojos, de tal manera que fácilmente los pueda bajar y subir por sí mismo. Una vez comienza a usar los pantalones de entrenamiento, use los pa­ñales únicamente para las siestas y la noche.

 

Prevención de problemas

 

Qué Hacer

 

• Cambie a su niño frecuentemente.

 

• Enséñele a su niño a venir donde usted cuando nece­site ser cambiado.

 

• Haga que su niño pase tiempo con otros niños que ya están entrenados y que los observe usando el baño o bacinica.

 

• Léale libros que le enseñen a entrenarse para ir al baño.

 

• Inicialmente mantenga la bacinica en el cuarto donde su niño usualmente juega. Este acceso fácil aumenta marcadamente las posibilidades de que él la use sin que usted se lo pida. Considere la posibili­dad de tener 2 sillas de entrenamiento.

 

• Enséñele cómo trabaja el baño.

 

• Mencione el usar el baño o la bacinica únicamente si su niño da una señal de que quiere ir.

 

• Hágale sugerencias, no exigencias.

 

• Déle a su niño un papel activo y permita que lo haga a su manera.

 

• Déle apoyo.

 

• Mantenga el sentido del humor.

 

• Mantenga el proceso divertido y excitante. Sea posi­tiva con respecto a cualquier interés que su niño muestre.

 

Qué No Hacer

 

• No comience cuando su niño se encuentra en una fase testaruda y negativa.

 

• No use ningún tipo de castigo o presión. No obligue al niño a sentarse en la bacinica.

 

• No mantenga a su niño sentado en la bacinica en contra de su voluntad.

 

• No suelte el agua del inodoro mientras su niño se encuentra sentado en él. No le dé lecciones ni le recuerde a su niño hacerlo.

 

• Evite cualquier fricción.

 

• Evite batallas o desafíos.

 

• No trate de controlar lo que usted no puede con­trolar.

 

• Nunca suba el tono de su respuesta; usted siempre perderá.

 

• No se muestre en exceso preocupada por esta fun­ción normal del cuerpo. Trate de parecer tranquila durante el entrenamiento.

 

• Después de que su niño use el baño, no espere una función perfecta. Algunos accidentes ocurren por meses.

 

Vea la Guía de Resistencia al Entrenamiento para Ir al Baño si

 

• Su niño no se sienta en el inodoro o la bacinica.

 

• Su niño de 2 1/2 años de edad se muestra negativo con respecto al entrenamiento para ir al baño.

 

• Usted comienza a usar la fuerza o castigo.

 

• Su niño es mayor de 3 años de edad y no se encuentra entrenado durante el día.

 

• El método descrito aquí no está funcionando después de 2 meses.

 

Fuente: Instrucciones para pacientes de pediatría. Segunda edición. Barton D. Schmitt

 

 

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